jueves, 30 de abril de 2009

Óxido, nuestro enemigo

Dos, especialmente, han sido los trabajos mas duros que se han tenido que hacer en el Mini, uno la preparación del motor, tanto restaurarlo como potenciarlo (aunque esto lo veremos mas adelante) y el otro, el que nos ocupa, el trabajo de chapa, saneando todo lo que el óxido habia echado a perder, que no era poco.

Caso especial a la parte perteneciente del maletero, donde, y una vez analizado el nivel de óxido, se recurrio a la idea de cortarlo entero y soldar una nueva lamina, aqui podemos apreciar los pasos:

Maletero antes de la restauración:



Una vez retirada la chapa podrida:



Nuevo suelo del maletero:


Y el molde utilizado (un poco artesanal, pero funcionó al 100%):



Comenzando a desmontar


Por fin llego el momento de "meterse hasta el final con el", y conforme fue avanzando la restauración, nos dabamos cuenta de que habia que hacer mas cosas de las previstas.

Lo primero fue desmontar cualquier cosas que no fuera la carroceria y el chasis...



Por supuesto todo el interior...



Para mas tarde, subirlo al elevador para ver los bajos y ver a que atenernos...





Y es aquí cuando nos encontrariamos lo peor...

Estado inicial

Aqui se puede apreciar como estaba el Mini tal como lo adquirimos.



Habia sido utilizado en circuitos (de ahi las pegatinas y los restos de un dorsal).





No pintaba nada mal como base, aunque mas tarde descubririamos que no era así, estaba mal de chapa, aunque el motor venia bastante bien y lo mas importante, preparado.